11 jul 2009
Viajero
De tanto escupir pepas de naranja mientras caminaba, brotaron árboles de la tierra por toda Vicuña Mackenna. De tanto caminar, mis pies se acostumbraron al ritmo del asfalto y el cemento. De tanto escuchar música con mis audifonos s todo volumen, casi me atropellan. De tanto viajar, los semáforos se sincronizan y cambian a verde cuando llego a ellos. Doce canciones de distancia, dos estaciones de Metro, tres mil quinientos ochenta y siete pasos, once manzanas, ocho naranjas y montón de reflexiones e irreflexiones da el camino de Vicente Valdes a Santa Amalia he calculado de tanto andar por el camino. De tantos mecanismos de defensa freudianos fallidos, he tenido que sublimar de esta manera...caminando.
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