27 ago 2009
Sobre el miedo escénico
Las manos tiemblan, la voz electricada se distorsiona, el público siente el pánico a distancia, los segundos pasan, la moral sube (tal como sube un sujeto con miedo a las alturas las escaleras), las palabras ahora más fluidas cobran sentido y los rostros recobran su seguridad, a pesar de lo forzoso del aterrizaje (o intento de aquello), lo había logrado.
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