14 sept 2009

Las cuatro y media

Miró su reloj por tercera vez, eran las cuatro veintisiete, no sabía que hacer, miraba por todos lados como buscando algo, algo tenía en sus ojos que no logré descifrar, el tiempo avanzaba lento y desesperante, esta será mi condena pensó, mi fatal lamento continuó, miro su reloj por cuarta vez, aunque quisiera, sabía que pasaría por allí, trato de alejar ese pensamiento de su mente, recordando letras de canciones ya desvanecidas, libros de poemas y hasta una anécdota que le había pasado al venir hacia acá, pero ese pensamiento sin nombre se acercaba, él no lo sabía, pero algo instruía, el pensamiento lo venció, venció a aquel azar que él mismo se propuso y que en el fondo sabía que ocurriría, miro si reloj por última vez eran las cuatro treinta y uno, se levantó ya camino hacia la salida de Vicente Valdes queriendo no encontrarse con aquel pensamiento, pero ahí estaba caminando a contra suya, como todos los días, él lo sabía pero no quería reconocerlo, ambos se miraron, estaban a punto de encontrarse lado a lado, algo tenía que hacer, una excusa algo, ese era el momento que inconcientemente esperaba, sin que ella se diera cuenta se quitó el reloj y lo lanzo lejos, se acerco a ella y le dijo.
-Disculpe, ¿qué horas son?.

No hay comentarios: