13 sept 2009

El último truco del Mago

Una amiga me invitó al Euro, la verdad es que yo no soy de esas cosas pero igual la acompañe, en honor a la verdad yo no salía mucho, ni menos por aquellas tan famosas y concurridas calles, un día cuando era chico acompañe a mi padre a hacer una "diligencia" y pasamos por allí, recuerdo que habían mucha gente caminando, y muchas otras detenidas haciendo algo, había mucha música y ruido. Ahora las cosas parecen no haber cambiado, la crisis había golpeado fuerte, habían muchos músicos, humoristas, entre otros, y hasta los clásicos lustrabotas, habían muchos otros tirados, como en Plaza de Armas y muchos otros pidiendo dinero, más de alguna vez dí cien pesos a algún trovador que se lo mereciera en aquellos troncales (así se llaman ahora) llenos de pasajeros con cara de bajo sueldo y cesantía (¿por qué no?), bueno me había invitado mi amiga, así que en unos de esos paseos despúes de pasar una que otra huelga, mientras me contaba sobre una serie de anime, vimos un montón de gente reunida, mirando algo, ella le preguntó (ella es la que siempre pregunta) a una señora que ocurría.
-Disculpe, ¿qué es lo que pasa?-dijo mi amiga.
-Es un mago, está haciendo uno de sus espectáculos-dijo ella.
-¿Qué clase de espectáculo?-preguntó mi amiga. El mago estaba en la punta de un edificio.
-No se le entiende nada-dije, y de hecho así era, a esas alturas nadie podía escuchar lo que decía.
-Shh-dijo me dijo mi amiga. A pesar de estar en un lugar arriesgado, los Carabineros presentes no lo tomaban como un peligro, los magos saben lo que hacen, pensé.
Poco a poco el atento público se empezo a quedar en silencio. al igual que los otros artistas callejeros quienes taparon su paga, por si en aquella distracción alguien las sacará. El mago empezo a hablar.
-Llevo años sacando conejos de sombreros, los conejos se me han escapado. Llevo años adivinando cartas, pude haber adivinado los números del Loto y no estaría aquí haciendo estos espectáculos. Verán tengo familia y hace cuatro años que estoy sin trabajo, ya no se que hacer sin conejos, ni espejos, ya no hay respeto en estas calles...
El mago parecía estar un poco tambaleánte, los Carabinero ni se inmutaban, menos los economístas que por allí pasaban (a ellos no les llego tanto la crisis)
-...así que agradezco al público verdadero, de ese que siempre da aunque sea cincuenta pesos, que aplauden después de cada función, de ese que le pide a sus padres una moneda y terminan depositando sonrisas. Yo, ya no puedo seguir sonriendo, este año me ha ido pésimo...
Mi amiga me abrazo fuertemente (ella es más intuitiva que yo) como antes de mi operación, en ambiente estaba tenso, cada vez había más gente, atento a espectáculo.
...este es mi último truco, no se si darles disculpas o gracias...no espero que les guste el truco, ni que lluevan monedas.-termino de decir el mago, el silencio se apodero completamente del paseo, había gente en las ventanas observando, Santiago (o cierta parte de él) estaba paralizado.
-Ahí voy-dijo el mago, sus ojos estaban sacando lágrimas, pero no había miedo en su rostro. Se acerco a la orilla del edificio y se lanzó al vacío, voló durante unos segundos y ante el grito de la gente (mi amiga se refugió en mí) se estrelló contra el suelo, de manera estrepitosa, no habían conejos ni sombreros, no cartas ni flores ni pañuelos, sólo un cuerpo tirado en el piso. Lo había logrado, el mago había desaparecido frente a nuestros ojos.

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