6 oct 2009

Esta no es una historia de amor

"Esta no es una historia de amor" insistía firmemente como si el personaje de pelo largo y polera de Jack Daniel's sentado a su lado le respondiera, no lo hizo, no solía pensar en voz alta, pero bastaba dormir cerca de ella para escuchar todos sus secretos y historias porque ella era una de esas personas que no olvidan ni un detalle de lo que hicieron en todo el día, "esto no puede ser así" pensó para si misma evitando el error anterior, miraba al personaje al lado suyo cuya única semejanza con ella era que compartían la misma baranda en que apoyarse y en ese entonces en que le miro los ojos paso a ser de personaje a muchacho, no importaba cuanto hablara en voz alta, el potente sonido de aquellos audífonos de quince lucas creaba la muralla perfecta entre Led Zepellin y sus soliloquios, "esta no es una historia de amor" se repetía una y otra vez recordando a aquella persona a quien conoció hace no más de un tres meses a la cual invitó a comer un helado una vez, porque si no le hubiera sugerido él no le hubiera dicho ni una palabra, ni menos una invitación, pensó en el libro que le prestó una amiga suya, Crepúsculo, pero no le parecio encajar ninguna de las locaciones ni personajes, en Santiago no habían vampiros, o al menos eso pensaba hasta que supo, que aquella luz que tanto adoraba cuando era chica, quemó su frágil piel, el muchacho parecía notar las constantes cavilaciones de su fiel acompañante pero estaba inmerso en otros asuntos, pensaba en que le dirá a Catalina cuando se entere que ya no la quiere más, la miro una vez más, ella monologaba con ella misma y ella parecía responderle bruscamente a ella misma en una pelea eterna con ella misma, hasta que ella misma se hizo la ley del hielo, no era Catalina, de eso estaba seguro, pero algo tenía, ella luego de batallar se decidió sentarse en el suelo del vagón, habían pocas personas a esa hora, él imitando a su compañera se deslizo pulgadas, no, centímetros al lado de ella, no le gustaba el sistema de medida anglosajón, "debo dejar de pensar en ello" se le escapó a ella, hace tiempo que no hablaba tantas veces en voz alta, él escuchando tal comentario, no encontró más palabras que estas para acompañar tal intento de comunicación,"no pienses tanto" dijo él mirándola, pero ella seguía mirando en frente, "y como se supone que lo  haga" dijo firmemente ella, ambos mirando hacia delante, "o al menos piensa para ti misma" dijo él sin dejar aquella posición, "tú ni siquiera me conoces, cómo esperas que no piense que quieres... no no, no pienses que yo estoy tratando de...eso, tú sabes. Y cómo esperas que no piense eso", ambos se quedaron en silencio, esta no es una historia de amor de eso estaban seguros, ya las personas y la música dejaron de ser obstaculo, ni Catalina ni aquel joven de los helados detendría este díalogo inconcluso y desconcertante, en Santiago no había vampiros, pero si jovenes dispuestas a leerlos, Santiago no se medía en pulgadas, pero el metro seguía siendo el mejor transporte, ellos mantuvieron su vista a delante, "¿Esta no es una historia de amor?" dijo ella,"no, lo es" dijo él, por primera vez se vieron las caras y entonces ella le dijo "esa era para mi misma. Debes dejar de hacer eso. Y como se supone que lo haga. Solamente..." y en eso la puerta se abre y ambos caen de espaldas al andén, ninguno escucho el anuncio "Estación Vicuña Mackenna, precaución, las puertas se abren a lado izquierdo en sentido-dirección del tren".

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