16 ene 2010
Incompleto
Desorientada cruzó la avenida y se sentó en aquel paradero a esperar, la fría noche había caído hace horas, a pesar del sueño que su cara denotaba, no pudo dormir aunque quiso, no podía, ni menos en un lugar así, se acomodó, comprobó nuevamente que no tenía carga en su celular, las luces del alba se asomaban y por alguna extraña razón empezó a caminar, las calles aún vacías aumentaron el sueño y el cansancio, seguía caminando cada vez a paso más lento, siguió unas cuantas calles, con la misma mirada perdida y rostro limpio
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