9 sept 2009

Blackouts

Cualquier cosa que hubiera hecho habría tenido el mismo final. Me quite los audífonos para escuchar al hombre que entro en la 104 con una guitarra en la sus manos y una zampoña en sus labios, el tipo tenía talento pero se notaba el cansancio en sus ojos, su mirada. El repertorio fue lo suficientemente satisfactorio como para casi olvidar donde terminaba mi viaje, a media canción de Victor Jara quedé, tenía que bajarme en la próxima, busqué en uno de mis bolsillos algunas monedas sueltas o vuelto extraviado, saque cien pesos y me acerque sin pretenciones a una joven de buen aspecto que también observaba al hombre de la guitarra.
-Puede pasarle estos cien, que yo me bajo-dije.
-Yo también bajo aquí.
-Oh, bueno, gracias-dije. El hombre atento a la situación, seguía sin detenerse su canción.
Dirigiéndome a una señora que estaba sentada a lado de la puerta, le pasó los cien con el mismo objetivo anterior.
-Espera-dijo ella, estrechando su mano y pasandome cien a mí, para que ella también se los pasara al hombre.
-Se los entrega que bajamos-dijo ella.
Y así bajamos de la 104. Creo que conozco a esa joven, hay algo en su mirada, no se. Ella al contrario le era sólo un extraño que conoció gracias al mágico y perfecto sistema de transporte público. Éstas cosas no suceden en Santiago pensé, ella ni se inmutaba y seguía su curso, tenía que saber quien era, necesitaba inventar algo, no se. Me acerqué a ella.
-Disculpa, ¿Qué horas son?-pregunté.
-Emm...son las cuatro y cuarto-dijo ella.
-Gracias-dije y ella continuaba caminando, tenía chapitas en su mochila y escuchaba música. Estoy seguro que la he visto en otro lado.
Ella me recordaba un personaje de una película que vi ayer en el Cinecanal pero sólo recuerdo el rostro, de la película no me acuerdo absolutamente nada. Me sentía como un psicópata siguiéndola, no recuerdo haber hecho algo así antes. Me recordaba vagamente a una amiga mía, recuerdo que pasaba molestandome por algo que hacía, no recuerdo que era.
Al día siguiente la espere en el mismo lugar, hacía que leía un libro sentado en una banca. No apareció. Al otro día repetí la operación, nada. No aparecía por ningún lado, hasta que apareció, bajo de la misma micro, tenía un libro en la mano, parecía acercarse a la banca en que estaba, no sabía que hacer, entonces se sentó.
-Disculpa, oh, eres el de la 104...no te molesta que lea contigo-dijo.
-No, no. No hay problema-dije. Estuvimos un buen rato cada uno inmersos en sus respectivos libros. Tenía que cortar aquel silencio.
-Disculpa, te visto en algún lado antes.
-Emm, no sé-dijo ella-Tenía que juntarme con un amigo justo aquí.
-Ah, y aún no llega.
-No...él acostumbra a olvidar algunas cosas, desde que lo conozco tiene esas especies de lagunas mentales, bromeo harto con eso.
-Ah-dije, al parecer realmente no la conocía. Estaba haciendo el ridículo como siempre.
-Bueno tengo que irme, ojalá llegue tu amigo.
-Jajaja...si llegará no te preocupes-dijo ella.
Me fui con la mente un poco más despejada, ella continuaba riéndose extrañamente mientras me iba después de todo no era alguien conocido. Al día siguiente tenía que salir, tomé la 104, escuchaba música la micro estaba mas o menos llena, olvidaba lo que era andar en micro y casi se me olvida donde tengo que bajarme, iba a tocar el timbre, cuando una joven con chapitas en la mochila, toca el timbre, creo que conozco a esa joven, hay algo en su mirada que me recuerda a alguien.

No hay comentarios: